6 de març 2013

De ls dependencia emocional a la libertad en pareja


Según el autor Walter Riso[1]
Existe una diferencia entre amar y apego. Donde el segundo concepto se define como una necesidad de estar en relación, desde una visión no saludable. Comparado con una droga, que uno cree tomar desde la libertad y el amor, pero es todo lo contrario.

La dependencia afectiva a largo plazo genera  sufrimiento o depresión.
Bajo el disfraz de un amor romántico y de entrega total,  la persona que vive en apego va desapareciendo, se despersonaliza, hasta convertirse en una extensión del ser amado. Y cuando empiezan a darse cuenta que el sufrimiento es mayor que el placer, se autojustifican con pensamientos del tipo “no me querrá nadie  como él” Se dicen frases del tipo “mi existencia no tiene sentido sin ella”, “él lo es todo para mí”, “le necesito”.

Los motivos para que una persona “necesite“ estar con otra  son diversos, como miedo a la soledad, sensación de seguridad, miedo a la pérdida, al abandono, bajos umbrales para el sufrimiento, baja autoestima, problemas de autoconcepto, creencias morales muy rígidas (“no es correcto separarme”) ,  pero en esencia es no relacionarse desde la autonomía, donde son igual de importantes y respetadas las normas o reglas ,  los demás (el otro de la pareja)  y uno mismo.

Para que una relación sea sana y funcione bien, es necesario tener en cuenta tres variables, que han de ser igual de importantes:


YO: El quererse y  cuidarse uno mismo. Teniendo el propio espacio para seguir desarrollándose como persona, tener un ocio, unos intereses, unos proyectos…. En definitiva un espacio propio que ayuda a sentirse bien con uno mismo. Que uno pueda seguir teniendo su propio significado, estando o no en la pareja.

TÚ: Respetar y valorar el espacio del otro como ser autónomo.  Para que también pueda crecer en su desarrollo personal.

NOSOTROS: Es el espacio compartido. Los proyectos comunes, espacio de ocio, de intimidad, compartido y negociado.


La idea sería “amar no es anularse, sino crecer a dos”

Para poder evitar “caer en una relación de apego”, se pueden reducir a;  Siempre buscar explorar (aunque desde el respeto): investigar, ampliar conocimientos y nuevas fuentes de placer. Para poder querer muchas cosas a la vez (el arte, viajar, estudiar, deportes, amigos…) Para adquirir recursos uno mismo, percibirse en positivo y  aceptar y respetar la soledad.

Las señales o pistas que pueden indicar un estado de dependencia o apego:
    • No recibir amor y excusarlo de todas las maneras posibles
    • Intentar no darle importancia a los defectos de la pareja o minimizar lo que está pasando
  • Aunque haya ruptura autoengañarse con pensamiento (como  “volverá, aun me quiere”; “se dará cuenta de lo que ha dejado”), conductas (hacer cosas para intentar volver a conquistarle). No aceptar la pérdida como algo definitivo (“lo olvidaré poco a poco”, “seremos amigos” …)



Imagina que eres una botella, y te sientes vacía. SI tu única fuente de “llenado” es tu pareja (“Él me llena”; me siento completo con ella”…) crea la necesidad  y la dependencia de estar con esa persona, además de darle al otro miembro de la relación un gran poder.


¿Cómo hacer para evitar esto?, buscando muchas fuentes de entrada (nunca mejor dicho). Si me lleno con mis amigos, mi ocio, mi pareja, mi trabajo, mis proyectos, mi familia…. Y si además tengo un surtidor interno, que podría ser sentirme bien conmigo mismo y con mi compañía. Siempre me sentiré lleno, completo y si por desgracia o por elección una de las entradas desaparece, se sentirá la perdida (puede haber dolor) pero seguiré entero/a, seguiré sintiendo que valgo, que puedo y que me recompondr


Ø  [1] Riso, Walter (2007, decima edición) ¿AMAR O DEPENDER?. Barcelona. Ed. Granica