17 de nov. 2015

vomita en el diario

En muchas ocasiones me he encontrado a personas en terapia que no comparten con nadie más lo que les pasa, por lo que esto a veces se trasforma en rumiaciones eternas, autocriticas constantes, pensamientos invasivos sobre el tema, diálogos internos inacabables…

Esto entre otros síntomas,  a veces le provoca dificultad en  coger el sueño ya que se pone a pensar de forma recurrente sobre aspectos que le preocupan cuando se van a la cama. Yo siempre les digo que la almohada no sabe resolver enigmas ni problemas.

Para poder conseguir dormir es necesario que el cerebro y el cuerpo estén relajados, pero si se activan imágenes o pensamientos de situaciones que nos preocupan estamos haciendo lo contrario.

Para conseguir este valioso descanso nocturno les propongo varias opciones:

  • ·        Escribir en un sobre aquello que les está preocupando y ponerlo debajo del cojín (para enviarle una señal al cerebro de que esto es importante para no olvidarlo, pero a la vez decirle que por la noche no toca resolverlo. Que puede ser lo primero que haga por la mañana, pero no por la noche)
  • ·         Realizar ejercicios para estar muy presente (con los cinco sentidos. Se trata de dedicarle un minuto de atención a cada sentido; lo que ve, lo que oye, lo que siente en la piel)
  • ·        Les invito a hacer un diario escrito o dibujado de pensamientos, emociones y aspectos que le suceden durante el día, en un momento de la jornada que pueda dedicarse a escribir. Es un lugar que sirve para "vomitar emocionalmente" (cuando necesitas hacerlo, no cuestionas la cantidad de liquido que tiene que salir, ni la densidad, ni composición. Lo haces y punto. Y a veces..... que bien se queda el cuerpo). Con el objetivo de permitirse pensar todo lo que quiera en el intervalo que esté escribiendo el diario. Si en otros momentos del día le aparecen estos, decirse “esto lo podré pensar por lo noche”. 


Una de las funciones del diario es la de darle permiso y permitirse poder pensar sin juzgarse, ayudando a la vez poder disminuirlo durante el día.  La escritura ayuda a ordenar el pensamiento, darle una coherencia y un significado. A tener que argumentar ideas, poder expresarse sin limitaciones.

El ejercicio físico que se realiza con la escritura ayuda a descargar energía. 

También es positivo que quede un registro de estos pensamientos y emociones ya que se puede ver en un periodo posterior una evolución.