El otro día estaba en las fiestas de un pueblecito con mi
hijo pequeño.
Habían actividades para los menores y nos quedamos para que
disfrutara de ellas durante un rato.
Entre los juegos que había, nos encontramos con un conecta 4
(el juego de 4 en raya) pero de tamaño gigante.
Como había dos niños jugando , nos pusimos a un lado para
esperar. Mi hijo de vez en cuando quería meter alguna ficha y nosotros le deciamos amorosamente que se tenia que esperar y respetar a las personas que estaban
realizando la partida.
Cuando acabaron habían pasado unos 5 minutos. Recogimos
todas las fichas y empezamos a introducirlas a turnos en las casillas. No
llevamos ni un minuto que a pareció una niña mayor que mi hijo , debía tener
unos 5 años. Cogió una de mis fichas y la introdujo en una casilla. Yo le dije
muy educadamente y arrodillándome para hablar en el mismo nivel de ella. “hola.
Ahora estamos jugando nosotros. Espera
un momento y cuando acabemos la partida juegas tú después”.
No me hizo ni caso y volvió a introducir otra ficha. YO
tranquila y suavemente le volví a repetir la consigna “espera un momento. Cuando acabemos la partida
puedes jugar tú”.
Lo que me molestó de esta escena fue la reacción del padre. Que
en voz muy alta me dice; “dejala jugar. Es
un juego de niños”, yo repliqué que estaba jugando con mi hijo. Y sin
morderse la lengua me comentó que “su
hija era pequeña y no entendía lo que yo le decía. Que es un juego de niños
y si su hija queria jugar tenía que enseñar a mi hijo a compartir”. (¡Toma ya!)
Mi pareja dijo en voz alta “son formas de educar” .
Era tal la mala leche que teníamos en esa escena que valoramos
que era mejor irnos, (con el volvan a punto de explotar ¿qué le iba a enseñar a mi hijo si me quedaba?), Eso sí diciéndole
a la persona que mi hijo está aprendiendo a compartir pero también a respetarse
y respetar al otro y su hija precisamente no es lo que estaba haciendo.
La reflexión que me llevo de esta escena es que hay muchas
formas De enseñar a nuestra descendencia. Pero todo momento es bueno para
practicar. Si a un niño le tratas como persona normalmente reacciona como
persona. Y si yo interactúo con un niño de cuatro años y le explico que las
reglas del juego es esperar a que otros terminen y lo entiende y respeta. Un niño
mayor también puede tener estas capacidades. Con el comportamiento de este
padre posiblemente “el concepto de compartir” (tal y como lo entiendo yo) no se
estaba aplicando. Más bien un
aprendizaje que se lleva la niña es “puedo hacer lo que quiera, cuando quiera y
sin tener en cuenta a los demás”.
Yo tengo clara una regla con los niños. Son PERSONAS. Y si
nos planteamos cómo te sentirías o qué harías tú como adulto en su situación,
posiblemente entenderíamos muchas cosas.
Imagínate esta misma escena, pero siendo dos personas adulta
que estuvieran jugando y se entromete un tercero porque quiere jugar. ¿Qué harías?
¿Cómo te sentirías?
¡Pues eso………..!
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