Vivimos en una cultura que intenta
"clasificar" todo lo que se encuentra (esto puede crear la falsa
sensación de seguridad). Ya desde pequeños, los padres y después los maestros;
nos etiquetan o con lo que hacemos o comparándonos con nuestros hermanos o iguales;
"Es muy bueno"; "Mi hija es una gandula"; "es más
travieso que su hermana"; inteligente, tonto, descarada, maleducado,
violenta, guapo, fuerte, mala .... Y nos lo repiten tantas veces como lo
consideran, hasta que llega el fatídico día donde el menor se lo cree. Y se
pasa el resto de la vida confirmando su etiqueta o intentando quitársela.
Todos somos todo en algún momento. Como
esto lo tengo muy claro he evitado utilizar en la crianza de mis hijos el
verbo lapidario "SER". Si una conducta no me gusta, les cuento
desde esta, por ejemplo: "no me ha gustado que dejes el pijama en el
suelo". Cuando mi hijo mayor empezó el cole, tuvimos que rellenar un
formulario para hablar de cómo lo vemos: el ítem decía "mi hijo es":
mi respuesta fue: "nos algunos momentos está tranquilo, en otros
acelerado, en algunos momentos está distraído, pero en otros muy atento, a
veces le apetece expresar su amor con gestos y otros no .... (así muchas ideas
más).
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada