En el 2012 estamos lejos de la frase tan famosa "la letra con sangre
entra" pero no se ha avanzado tanto
como sería de esperar como se ha conseguido en otras temáticas.
Si miro en mis recuerdos, que no hace tanto que dejé la primaria (tengo 39
años), me aparecen imágenes y experiencias de esa etapa de la vida como por
ejemplo; estar castigada en más de una ocasión porque no prestaba atención, aburrirme
mucho en más de una eterna explicación, tener
que repetir como un loro la definición de muchas cosas que quizá no entendia (que era puntuada a más
exacta era la repetición), tener que estudiar conceptos que nunca más en mi
vida he vuelto a ver (como “senos”, “cosenos”;
“raíz cuadrada”…) y si ahora me preguntas qué es y para qué sirven estos, la
expresión de mi cara te hará reír (aunque seguro que tú tampoco sabrías
definirlo y lo que es peor saber utilizarlo).
Horas y horas de “empollar” para que unos días después, o con suerte unos
meses pasara esa información al olvido.
Mis notas ….. ¡mediocres!, y con ellas mi valoración de mi misma, menos
la asignatura de deporte que me encantaba , me motivaba, me lo pasaba bien y mis calificaciones eran excelentes. ¿Tendrá algo que ver la nota con el grado de
diversión e implicación?
Tengo más recuerdos de las horas del patio
y de las anécdotas que de “los conocimientos” adquiridos.
Es triste pensar que no tengo recuerdos que me enseñaran a gestionar mis emociones, a aprender a cuestionar, a ser critica, a decidir,
a potenciar mis capacidades, a aprender a quererme por ser YO, diferente al
resto de la gente, a mejorar la forma de comunicación con los demás….
Si miro atrás, ¿sabes qué profesora
ha sido la que más me ha influido en mi
vida? La profesora que tuve con 16 años que durante un semetre impartió “formación
sexual”, la cual paradoxalmente fue la asignatura que menos escribí y menos tuve que estudiar; los temas eran
interesantes, las clases eran divertidas, amenas, jugábamos, charlábamos en círculo,
discutíamos temas en los que no todos estábamos de acuerdo, donde no había una “solución
correcta o valida” sino que todos los puntos de vista eran válidos y respetados,
en los que primero hacíamos un ejercicio o una actividad y después entre todos construíamos
la teoría.
Me influyó tanto, que al finalizar el curso le dije que quería ser terapeuta
sexual y ella me contestó que primero
tenía que estudiar psicología. Y así lo hice.
Y después de mi historia y mis experiencias como psicoterapeuta y docente cada vez he ido especializándome más
en construir con los pacientes y con los alumnos la teoría entre todos, después de
una actividad, una acción, un juego, una manualidad, un cuento. Y siempre al finalizar la sesión les pregunto ¿Qué se llevan de la terapia o del taller?
, encontrándome como respuesta la mayoría de veces que recordarán la actividad
que han vivido.
Si puedes elegir pasártelo bien no elijas pasártelo mal.
Sólo aquello que vives y sientes es interiorizado.
Por suerte cada vez hay más movimientos a favor de esta filosofía y este
excelente documental es un ejemplo.
A la escuela se le tendrían que eliminar todas aquellas
variables que impiden y dificultan el aprendizaje. Son fábricas que buscan loros
repetidores y posteriores "piezas de una maquinaria". Donde no se
tiene en cuenta al mayor protagonista que es el alumno. Si tienes tempo
mírate este vídeo, quizá te haga cuestionar algunas "verdades"
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