1 de març 2010

¡No sé qué hacer con tu dolor!



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Un familiar mío (para poder identificarle le llamaremos Jordi) fue a visitar a un amigo que por un grave accidente se ha quedado tetrapléjico, le acompañaban dos amigos más. Me comentaba que se sentía tenso antes de verlo ya que no tenía claro qué hablar con él.



A la vuelta de la visita me comentó que hubo diferentes detalles que le sorprendieron.
Por un lado todas las conversaciones que tuvieron fueron banales; futbol, peces, motos… Nadie le preguntó cómo estaba o se encontraba. Uno de los chicos en una de las ocasiones le dijo “ya verás como dentro de un tiempo nos reímos todos de esto”, este comentario lo realiza después que el chico hospitalizado quiso hacer referencia a su situación. Y en otra ocasión que lo volvió a intentar el otro chico le dijo “tienes que animarte. Después de esto no hizo ninguna alusión a cómo se encontraba ni cómo lo estaba viviendo.

La persona que yo conozco le preguntó si podía hablar con alguien de cómo se sentía y éste dijo que no, pero que tampoco lo buscaba ya que le costaba hablar de sus emociones, cuando lo pasaba mal prefería estar solo. Ante esta repuesta el primero le planteó si le dejaban solo o si él buscaba ese espacio. La respuesta fue que no le dejaban sólo en ningún momento.

Cuando me explicaba esto me comentaba que no entendía la situación y que se sentía molesto con la actitud de sus dos amigos. Mi visión de lo que pasó es que en más de una ocasión la gente no sabe cómo enfrentarse al dolor de los demás, y para calmar su propia ansiedad e impotencia necesitan minimizar la situación, o “intentar animar” a la persona que sufre, con comentarios (para mi gusto) desafortunados.

Cuando Jordi me preguntó qué podía hacer la próxima vez que fuera visitarlo le sugerí que si su amigo quiere explicar cómo está o se siente, simplemente que le escuche. Quizá no busca que tengas una respuesta sino sólo que le escuches.
Lanzo la pregunta ¿qué haces tú ante el dolor de los demás?

1 comentari:

Josep Suñé ha dit...

Lo cierto es que el escrito da para pensar.
Cuando te encuentras en una situación parecida a la que comentas, puedes llegar a creer que no hablando del dolor este puede desaparecer, pero no es cierto, sigue ahí.
Creo que lo interesante es mostrar nuestra voluntad a escucharle en caso que necesite hablar con alguien, y que sea la otra persona que decida o no hablar de cómo se siente y de su situación. Hacer la pregunta de cómo se encuentra creo que es la mejor manera de dar nuestro apoyo a alguien que esta sufriendo.